El casco antiguo de Olot: un paseo por la historia
Estaréis de acuerdo con nosotros en que una de las mejores maneras de visitar una ciudad es paseando, como un vecino más, por sus calles y plazas, donde los ciudadanos desarrollan su día a día, celebran las fiestas populares, comercian y disfrutan de los espacios.
El casco antiguo de Olot se estructura siguiendo un hilo imaginario que desde hace siglos se extiende a través de la calle Major, el eje principal de la vida ciudadana, y termina, en uno de sus extremos, en la calle de San Rafael y en el otro, en la plaza del Carme. En el centro, la histórica plaza Major, todo un símbolo para los olotenses, donde se celebran los actos más populares de las Fiestas del Tura, patrona de la ciudad, en septiembre.
La distribución urbana, inalterada desde la reconstrucción de la ciudad después de los terremotos que sufrió en el siglo XV, nos conduce por un entramado de callejones adyacentes hasta la iglesia de Sant Esteve, que da paso al Firal, un espacio emblemático de Olot. En la cima, en la zona del volcán Puig del Roser, llegaréis al Espai Cràter, una exposición interactiva dedicada íntegramente a los volcanes que no os podéis perder.
De esta manera, si fluís por sus calles, la ciudad desplegará un abanico de edificios de diferentes estilos arquitectónicos: renacentistas (como los claustros del Carme), barrocos (fuente del Àngel, Casa Museu Can Trincheria), neoclásicos (iglesia de Sant Esteve) o modernistas (Casa Solà Morales). Un completo viaje por la historia del arte y de la ciudad que podréis redondear con la visita al Museu dels Sants o al Museu de la Garrotxa, que también se encuentran en edificios representativos del centro de la ciudad.
